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El castillo de Íllora se encuadra en la época medieval y ocupa un afloramiento calizo, exento por todos sus lados y de aspecto inexpugnable, lo que le confiere unas cualidades estratégicas y defensivas importantes.

En el siglo XI, en Íllora habría un Hisn de cierta importancia. (Hisn, en plural husûn, era un castillo que abarcaba un territorio habitado, sirviéndole el castillo a ese territorio como defensa militar).

Pero es en época nazarí cuando podemos hablar de una mayor importancia de nuestro castillo, ya que en esta época se configura la frontera frente al territorio cristiano. Hasta 1245, las plazas de Íllora, Montefrío y Moclín, formaban parte de la segunda línea, dentro de la estructura defensiva del sultanato. Pero, tras la conquista por parte cristina de las fortalezas de Martos, Víboras, Alcaudete y Porcuna (entre 1225-1245), que formaban la línea de avanzadilla del poder musulmán. Íllora, Montefrío y Moclín, se convirtieron en uno de los sectores defensivos más importantes del reino nazarí. El castillo de Íllora adquiere gran importancia estratégica en la defensa de la Vega de Granada y por ello, la mayor parte de las defensas del castillo pertenecen a esta época.
Durante los siglos XIII y XIV se dan continuas incursiones en la línea de frontera. Así, el castillo de Íllora sufre diferentes ataques. En 1319 los infantes Pedro y Juan de Castilla se apoderan de la villa de Íllora y su arrabal. En 1341, Alfonso XI también realiza una incursión contra Íllora, y en 1431 el Condestable Álvaro de Luna realiza una importante incursión en la Vega de Granada, siendo Íllora su primer objetivo.

Finalmente, habiendo resistido a todas las anteriores incursiones, el 8 de junio de 1486 se produjo la toma de la villa de Íllora por parte de los Reyes Católicos, quienes nombraron a Gonzalo Fernández de Córdoba, “El Gran Capitán” como su primer alcaide. Poco después de esto, se tienen noticias de la reparación en el castillo de los destrozos causados por la artillería en el ataque. En el siglo XVI se ciega la puerta de comunicación con el adarve y se habilita una nueva entrada a la villa; se producen otras obras menores y, a finales, se procede a la demolición o destrucción intencionada de la mayor parte de las construcciones del conjunto. Sus ruinas han servido tradicionalmente como cantera de materiales de construcción y, desde finales del s. XVIII o inicios del XIX, la plataforma superior del castillo y sus laderas escombradas se reutilizaron mediante explanaciones y rellenos de tierra vegetal como simple terreno de cultivo.

Contenidos revisados y ampliados por Elena Hervás Hervás.

BIBLIOGRAFÍA:
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MALPICA CUELLO, A. (2003) Íllora, una villa de la frontera granadino-castellana. Análisis Histórico-arqueológico.

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VÍLCHEZ VÍLCHEZ, C. (1987) una sorpresa arqueológica: La puerta de época califal del Castillo de Íllora. En Cuadernos de Arte de la Universidad de Granada, nº18, pp. 285-298.

CASTILLO DE ÍLLORA

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