En estos últimos años se ha puesto en valor un tesoro que alberga la iglesia de la Encarnación de Íllora, y el cual no todas las iglesias son afortunadas de tener: el órgano.
Este instrumento hoy día conservado en parte en nuestra iglesia, tuvo su precedente, según las fuentes de finales del siglo XVI y XVII, en unos ‘órganos pequeños’. Siendo, algunos de estos ‘órganos pequeños’, trasladados a la Iglesia de Santa Ana para acompañar las canciones.
Es en 1665-1666 cuando se procede a la construcción del nuevo órgano. Para ello, Jacinto de Olibares, proveniente de Baza, es el encargado de realizar los trabajos. Este dato es de especial importancia ya que los órganos de este autor se realizaron en su mayoría en la zona de la Diócesis de Guadix-Baza, pero fueron destruidos casi en su totalidad durante la Guerra Civil. Es por ello nuestro órgano uno de los únicos testimonios vivos de la obra de este autor.
Durante la última mitad del siglo XVIII el órgano se situó en la ubicación actual y sobre el mismo intervinieron varios autores. Pero en aquellos años destaca Tomás Pavón, autor de los órganos de la iglesia de San José en el Albaycín de Granada. Existieron también intervenciones posteriores como la de 1808 a cargo de Demetrio Rubio Santoja o la de 1908, ya que se hallaron algunos tablones acanalados de las contras forrados con un periódico de ese año.
Sin duda, el archivo parroquial de la iglesia es quién más información nos ofrece del órgano, y por el cual se han podido realizar estas diversas conclusiones de autoría y cronología.
Incidiendo en los aspectos formales del órgano, debemos conocer que es de tres calles, la central ligeramente más saliente que las laterales. En éstas el tercio inferior lo ocupan placas rectangulares de madera sin decoración, mientras que los dos tercios superiores presentan un gran hueco central apuntado y decoración calada, ocupado por placas de metal verticales y flanqueado por listones de madera con ornamentación vegetal. En la central, la mitad inferior, donde está el teclado, se cubre con placas de madera rectangulares, y la superior se divide en tres calles con huecos centrales, el del medio más alto, donde están los tubos. Estas calles que se separan entre sí por listones de madera con elementos vegetales, tienen en su parte superior decoración calada de motivos vegetales. Sobre las tres calles del órgano corre un entablamento decorado con medallones sobre cuya cornisa se sitúan otros pequeños medallones encima de las calles laterales y un frontón triangular en el centro, roto en su vértice superior por un elemento circular de grandes rayos.
El órgano de la Iglesia de Íllora. Trabajo de investigación de Antonio Verdejo Martín.